La correcta alimentación de los niños es una de las principales preocupaciones de los padres, quienes tienen la responsabilidad de garantizar su crecimiento y el desarrollo de sus capacidades de cara a la vida adulta. Una buena nutrición infantil mejora el desarrollo cognitivo y reduce los riesgos de enfermedades a futuro.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido recomendaciones importantes para todas las etapas de la infancia, empezando desde el nacimiento. Para los bebés recién nacidos, recomiendan la lactancia materna a partir de la primera hora de vida y, de forma exclusiva, durante los primeros seis meses. Posteriormente, se podrá incluir en la dieta del bebé alimentos complementarios que sean seguros y nutricionalmente importantes.
Los alimentos complementarios pueden incorporarse entre 2 y 3 veces al día entre los 6 y 8 meses, después unas tres o cuatro veces al día. La OMS recomienda continuar con la lactancia materna hasta los dos años o más.
A medida que el niño crece, sus necesidades nutricionales aumentan. Por eso, es importante seguir estas recomendaciones:
- Darles frutas al menos dos veces al día
- Deben ingerir verduras todos los días, especialmente las de alto contenido de betacarotenos, como el brócoli, las espinacas y las zanahorias.
- Dos tazas de leche o yogurt al día contribuyen al crecimiento de los huesos y dientes
- Evitarles el consumo de azúcares y carbohidratos procesados (como los dulces) para prevenir la obesidad y cuidar sus dientes
- Darles distintos tipos de carnes sin grasa y menestras
Los minerales cumplen un rol muy importante en la alimentación infantil. Estos son los que no deben faltar en la dieta de tus hijos:
Calcio: Esencial para mantener la salud de los huesos y dientes. En etapa de crecimiento óseo se hace imprescindible el consumo de leche, yemas de huevo y vegetales verdes.
Hierro: Es el principal componente de la sangre y el responsable de llevar oxígeno a todo el cuerpo. Cuando falta en el organismo, los niños presentan cuadros anémicos. Lo encontramos en la carne vacuna, el hígado, las menestras y los vegetales como la espinaca.
Yodo: Garantiza el buen funcionamiento de la glándula tiroides y su deficiencia puede producir bocio y trastorno del desarrollo intelectual en los niños. Lo encontramos en la sal yodada, las sardinas y el atún. Se recomienda moderar el consumo de la sal.
Zinc: Muy importante para fortalecer las defensas del organismo, los encontramos en las principales proteínas animales como la carne, el hígado, los pescados y el pollo. También en los lácteos, las menestras y los cereales.
Por último, hay que recordar que los alimentos infantiles no deben ser picantes, ni salados y que se debe incentivar el consumo de agua diariamente, por encima de jugos procesados o gaseosas.