jueves, 4 de enero de 2018

Berenjena para bajar de peso

La berenjena es un alimento de muy pocas calorías que te dará una sensación de saciedad completa. Además, esta verdura rica en fibras impide la absorción de la grasa y ayuda a la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos. 


Beneficios de la berenjena
  • Reduce la celulitis
  • Es anti-inflamatoria
  • Actúa como laxante
  • Es fuente de potasio, sodio, calcio, hierro y magnesio
  • Mejora la circulación
  • Es un buen diurético natural
Pero la receta no solo consiste en este alimento; a la misma, tendrás que agregarle limón, otro gran aliado del adelgazamiento. Rica en vitamina C, esta fruta antioxidante te ayudará a perder peso pero además equilibrará tu presión arterial.

La combinación de ambos alimentos acelera el metabolismo. Por esa razón, se produce la pérdida de peso y a la vez una desintoxicación del organismo.

Ingredientes
  • 1 litro de agua
  • Jugo de 2 limones
  • 1 berenjena cruda en cubos
Modo de preparación
  • Lava bien la berenjena y córtala en pequeños cubos.
  • Colócala en un litro de agua y el jugo de limones en una licuadora. Mezcla todos los ingredientes bien hasta obtener el jugo.
  • Debes consumirlo dentro de las 48 horas de realizado, ya que con los días pierde los beneficios.
¿Cómo tomarlo?
Para integrarlo a tu rutina te cuento una dieta diaria que puedes realizar para disfrutar los beneficios de este batido.
  • Desayuno: Un vaso de jugo de berenjena y limón, una taza de avena y una manzana.
  • Almuerzo: Un vaso de jugo de berenjena y limón 15 minutos antes de comer. Una ensalada de espinaca, almendras, queso y piña con una porción de pollo.
  • Merienda: Un vaso de jugo de berenjena y limón.
  • Cena: Un vaso de jugo de berenjena y limón 15 minutos antes de comer. Ensalada de lechuga, tomates cherry, nueces y papaya con aceite de oliva y jugo de limón.
Este jugo será un gran aliado, siempre que lo integres a una dieta saludable y una vida activa. Recuerda: para permanecer sana y disfrutar de un peso saludable, ¡no hay fórmulas mágicas!