Puntos negros, espinillas, pápulas y póstulas son los cuatro tipos de granos que se presentan.
La mala alimentación, una higiene deficiente y problemas hormonales pueden ser la causa de la presencia de acné. Pero, ¿sabía que no todos los tipos de granos son iguales ni que el tratamiento para eliminarlos o controlarlos es igual? La dermatóloga Elba Naccha Torres comenta que se pueden distinguir cuatro clases de granos: comedones abiertos, comedones cerrados, papulas y pústulas.
Los comedones son lesiones simples- y por lo tanto, comunes- del acné causado por la obstrucción del folículo con grasa y células muertas de la piel. Los comedones abiertos son llamados también puntos negros, pues al estar abiertos en la superficie de la piel.
“Son las glándulas sebáceas agrandadas. Estas espinillas o puntos negros se contaminan con la grasa y la suciedad del ambiente”, comenta.
Los comedones cerrados son conocidos como puntos blancos. El exceso de grasa y células muertas impiden que el folículo se abra generando una protuberancia.
Las pápulas son causadas por la inflamación de una zona de la piel, características del acné moderado y severo. Se debe evitar exprimirlos o pellizcarlos a riesgo de que se genere una infección.
Las pústulas son la inflamación extrema de un punto blanco. Dolorosas al tacto y con pus en su interior, estas lesiones necesitan de tratamiento médico.
“Se ve un puntito de pus e implica una infección más grave. Y, ya ha sido colonizado por la bacteria del acné”, explica.
Tratamientos. Las espinillas, de punta blanca y que es una pequeña infección, necesita un higiene con antisépticos. Por otro lado, los puntos negros necesitan de una limpieza facial profesional. Las pápulas necesitan de cremas, antibióticos o tratamientos hormonales en el caso de mujeres. Por último, las pústulas deben ser drenadas, nunca exprimidas, bajo supervisión médica y especializada.