Los alimentos tienen siempre una fecha de vencimiento. Cuando compramos un alimento perecedero siempre estamos pendientes de que la fecha sea lo más distanciada posible al momento de la compra.
Pero también hay quienes discuten la veracidad de esta fecha y continúan consumiendo los productos mientras estén aptos según el olfato, el gusto y la visión.
A continuación analizaremos la importancia de esta fecha de vencimiento.
La fecha de vencimiento y su regulación
En general, hay alimentos que, según la ley, deben cumplir de modo más estricto con la fecha de vencimiento hasta el punto de tener que retirarlos de la venta cuando la fecha ya se cumplió. Tal es el caso de la fórmula para bebé y de algunos productos lácteos.
Más allá de esto, el concepto de «fecha de vencimiento» refiere a la última fecha en que el alimento debería ser consumido o utilizado. Es decir que la fecha advierte al consumidor de que si consume el alimento luego de la fecha, entonces debe saber que hay riesgos de salud. La fecha de vencimiento no siempre está regulada, es el fabricante el que decide la fecha en base a los ingredientes y análisis realizados.
Fecha de vencimiento y consumo preferente
La fecha de vencimiento, como hemos mencionado anteriormente, significa que luego de esta fecha el alimento no debería consumirse por una cuestión sanitaria. Esta fecha suele estar impresa en el envoltorio de los alimentos más perecederos.
La razón por la que estos alimentos no son sanitarios luego de dicha fecha es porque están propensos a desarrollar un crecimiento de bacterias y otros tipos de microorganismos que pueden generar una intoxicación en el organismo humano. Por lo tanto, para determinar esta fechas cada fabricante realiza distintas pruebas químicas y biológicas para registrar el tiempo que el alimento demora en comenzar a desarrollar contaminación.
En alimentos crudos como carnes, huevos, productos lácteos, ensaladas y otros, esta fecha es más importante y se recomienda respetar ya que estos alimentos son más propensos a contaminación de bacterias.
Por otro lado, la fecha de consumo preferente aparece junto a los datos nutricionales y esta fecha refiere a las condiciones organolépticas y de frescura del producto. Por lo tanto, si el alimento se consume unos días más tarde de lo indicado no se expone necesariamente un riesgo sanitario. El producto no tendrá el mismo sabor, consistencia, olor que el inicial y ya no tendrá la calidad con la cuál se adquirió pero no tendrá una contaminación bacteriana.
En el laboratorio, se establece esta fecha al analizar el tiempo en que el producto pierde sus propiedades organolépticas, controlando los cambios en el olor, sabor, color y textura del producto.
La seguridad alimentaria es importante
Lo más importante al momento de tomar una decisión es pensar en la seguridad alimentaria. En muchos casos, elegimos consumir un alimento más allá de su fecha de caducidad y nos arriesgamos a intoxicarnos. Puede que nuestros sentidos no nos alerten y el alimento esté de todos modos contaminado.
El almacenamiento juega un rol importante en preservar las propiedades organolépticas y evitar cualquier crecimiento de bacterias. Por esta razón, es importante mantener los alimentos a temperaturas bajas y siempre cerrados y en un ambiente limpio. Muchas veces, cuando el producto se está acercando a la fecha de caducidad una opción es congelarlo para utilizarlo más adelante. Al congelar el producto, se detiene el deterioro de las propiedades organolépticas y se impide todo tipo de contaminación.
Los expertos recomiendan utilizar los sentidos para determinar si el alimento realmente caducó. Pero, si bien los sentidos muchas veces pueden guiarnos puede suceder que no sea suficiente. Para evitar cualquier malestar luego de consumir un alimento, debemos siempre mantener una correcta refrigeración de los alimentos.