lunes, 31 de julio de 2017

Depresión estacional: ¿por qué me deprimo en invierno?

Para la mayoría, una taza de chocolate caliente y una película en el sillón pueden aliviar la sensación de melancolía que produce el invierno. Pero existen personas que no encuentran consuelo.



En los meses de otoño e invierno, un gran porcentaje de personas, particularmente sensibles a la depresión, comienzan a sentirse desanimados, tienen más ganas de comer dulces y carbohidratos y aumentan de peso. Los días se hacen más cortos, la luz del sol disminuye y esa sensación aumenta. Nos encontramos ante la llamada depresión estacional, que, para superarse, necesita de un tratamiento especial.

¿Cuáles son los síntomas?
La psicóloga española Francesca Román, menciona que quienes sufren de depresión estacional suelen levantarse más tarde y necesitan hacer una siesta o acostarse antes. Es frecuente, además, que estén somnolientos a lo largo del día. También aparece el deseo de comer dulces.

“Más del 60% de personas que tienen este síndrome necesitan comer más carbohidratos y dulces. Hay que tener en cuenta que no se trata de un trastorno alimenticio, ya que es producto de este estado de ánimo”, dice.

Otro síntoma bastante marcado es el aumento de peso, como consecuencia de la reducción de actividad física por el sueño excesivo y el desgano.

¿Y las causas?
La clave del estado de ánimo depresivo durante esta temporada tiene que ver con la disminución de la luz solar. En realidad, es algo similar a lo que ocurre en la naturaleza, donde muchos animales hibernan. “Con la disminución de la luz, nuestro organismo tiene mayor dificultad para generar serotonina, que es la sustancia responsable de la estabilidad emocional. Esto también incide en un incremento de la producción de melatonina, la hormona que facilita el sueño”, explica. Esta es la razón del cansancio casi permanente que tienen los que sufren de este tipo de depresión.

Consejos. La especialista aconseja caminar 30 minutos todos los días y permanecer en habitaciones bastante iluminadas. Si el cuadro es grave, la fototerapia (técnica que expone a la persona afectada a luz especial), es muy efectiva.