jueves, 9 de agosto de 2018

Qué es la herida del cuello uterino, y por qué debemos prestarle más atención

Ectropión o erosión cervical son los nombres dados en el mundo de la medicina a las heridas en el cuello del útero, lesiones más comúnmente observadas en jóvenes y en mujeres embarazadas. Los síntomas causan preocupación en muchas mujeres, dado que este tipo de lesión, en contacto con el virus del papiloma humano, desencadena la mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero. Pero ¿todo daño al cuello del útero es cancerígeno?


«Decimos que hay una herida en el cuello del útero cuando hay cualquier lesión en su superficie», explica el ginecólogo brasileño Élvio Floresti Junior. «La mayoría de las veces, la llamada herida puede ser apenas un ectropión del cuello uterino». El ectropión se caracteriza por la presencia de células glandulares, que se encuentran dentro del canal cervical hacia afuera. Es decir, el tejido del cuello del útero se proyecta hacia la unión del canal uterino con el vaginal. No es una enfermedad, y el hecho de si debería ser tratado o no permanece todavía discutido entre los expertos.

¿Qué lo causa?
Sus causas son muy variadas, pudiendo ser la herida consecuencia de procesos naturales del cuerpo humano hasta derivada de enfermedades de transmisión sexual.

El ectropión puede ser resultado de alteraciones hormonales que involucran principalmente a los estrógenos. En estos casos, no presenta grandes riesgos. «Estas lesiones simples ocurren en muchas recién nacidas, y generalmente se retraen de forma espontánea», explica el médico. «Estas pueden, no obstante, surgir en la adolescencia, cuando se intensifica la producción hormonal».
Hay que prestar especial atención a las heridas causadas por el virus del papiloma humano, que hace del cuello del útero, una zona revestida de un tejido sensible, el lugar ideal para lesiones. Una vez contaminado con el virus, el cuello uterino puede sufrir heridas que pueden dar origen al cáncer de cuello de útero, y es por eso que esta enfermedad requiere tanta atención y tratamiento. Sin embargo, estar contagiada o haberse contagiado del virus del papiloma humano no siempre causa heridas. Solo el 1 % de la población contagiada desarrolló después cáncer.

Por esto es importante realizarse estudios ginecológicos con frecuencia: toda herida debe ser examinada para descartar otras dolencias, como cervicitis, una inflamación del cuello del útero que puede traer secreciones anormales. En este caso, es necesario que un especialista recete medicamentos para controlar la inflamación.

Algunos tipos de píldoras, sobre todo aquellas con altas dosis de hormonas, y los métodos anticonceptivos hormonales, también pueden estimular esta alteración en el tejido del canal uterino y causar su exteriorización. En este caso, es indicado discutir con el ginecólogo la posibilidad de cambiar de píldora o de optar por otro método anticonceptivo.

¿Cuáles son sus síntomas?
La ginecóloga Andrea Godoy, del Hospital Moriah, de San Pablo, afirma que la herida en el cuello del útero generalmente no provoca síntomas. Floresti, además, agrega que la infección de la herida por VPH puede provocar flujo vaginal anormal (que puede ir acompañado de olor, picazón o ardor), dolor en la región pélvica e incomodidad durante las relaciones sexuales.

El problema, según explica Godoy, no tiene ninguna relación con la mala regulación del ciclo menstrual. En este caso, se examina a la paciente por desbalances hormonales, síndrome de ovario poliquístico y embarazo.

Es muy difícil que el ectropión cause sangrado vaginal anormal. Esta señal aparece cuando la región presenta infección o inflamación crónica. Por otro lado, el cáncer de cuello de útero también puede provocar secreciones con sangre y olor fuerte.

Prevención
Como no hay forma de evitar las heridas del cérvix, realizarse exámenes médicos es la manera más segura de prevenir el ectropión, las infecciones o el cáncer en la zona. Es importante, además, el uso de preservativo u otros métodos de barrera durante las relaciones sexuales, para prevenir la transmisión del virus del papiloma humano, así como de otras enfermedades.

Además de los exámenes de rutina, una biopsia o colposcopía permiten una mejor evaluación del estado del cuello uterino, además de ser más eficaces para determinar la gravedad de la lesión. Un papanicolau, que detecta el ADN viral, es esencial para determinar la presencia de VPH.

No suele ser grave
«El cáncer de cuello de útero casi siempre se deriva de la presencia del virus HPV y alteraciones en el tejido», explica el ginecólogo. En la mayoría de los casos, sin embargo, esta alteración no presenta riesgos. Por eso, los médicos deben examinar la situación para determinar si se trata de una herida fisiológica o de una situación más peligrosa.

La idea de que el ectropión afecta la fertilidad es falsa. A pesar de esto, algunos casos de cervicitis (complicación en las heridas) pueden provocar pus, lo que impide que los espermatozoides atraviesen hacia el útero.

Los tratamientos contra el ectropión son eficaces, pero este suele desaparecer de forma espontánea de todas maneras. Los remedios caseros no suelen tratar de forma efectiva el problema.