Mientras dormimos se recargan las reservas de glucógeno (combustible del deportista) y se queman grasas.
La preparación para una carrera, implica ganar resistencia y velocidad. Pero el descanso físico también es muy necesario si se quiere rendir en largas distancias.
El entrenamiento debe iniciar mínimo seis semanas antes de la carrera y debe ser progresivo, para evitar lesiones. "Tener un ritmo de competencia que va a sobrepasar las dos horas, es un estrés súper importante, así que se recomienda entrenar con la mayor anticipación posible", señala preparadora física Vanna Pedraglio.
La experta en fitness destaca que trazarse una meta como una 21k demanda disciplina, esfuerzo, buena alimentación y darle a nuestro cuerpo un merecido descanso.
Y es que se necesitan restituir las energías gastadas y otros efectos que conlleva el ejercicio. "Una vez a la semana deben darse un descanso total, es decir, no hacer ninguna actividad física. Y ocho horas de un mínimo descanso puede recuperar el desgaste físico del día, sirve para regenerar tejidos y se activa la hormona del crecimiento", sugiere la personal trainer Magaly Farfán.
Además, mientras dormimos se recargan las reservas de glucógeno (combustible del deportista) y se queman grasas.
La médico endocrinóloga Romina La Rosa nos recuerda que una persona con obesidad, primero deben bajar los kilos demás, para poder participar en una carrera. "Dependiendo de la recomendación del especialista, se deberá optar por trotar, correr y hacer estiramientos, hasta bajar de peso".
Finalmente, es importante no sobreexigirse. "La alimentación representa el 60 % del resultado, el 30 % es el ejercicio y el 10 % tiene que ver con el descanso. Hay que dormir, de lo contrario, no se logrará subir, bajar o mantener el peso", concluye Farfán.