Normaliza tu nivel de glucosa
Aproximadamente, la mitad de los pacientes con diabetes suelen desarrollar algún daño renal, por lo que es importante para que te hagas pruebas regularmente para medir tu nivel de azúcar en la sangre y controlar las funciones de tu riñón, con la ayuda de los médicos especialistas.
Si empiezas a pasar por estos chequeos con una periodicidad constante, las probabilidades de sufrir diabetes y, por ende, males renales como el cáncer, disminuirán considerablemente.
Controla tu presión arterial
Aunque la mayoría es consciente de que la presión arterial es causante de ataques cardíacos o derrames cerebrales, no todos saben que las personas con hipertensión son más propensas a desarrollar este cáncer.
El nivel de presión arterial normal es menor de 140/90. Si tienes este nivel presión, o uno mayor, debes realizar una consulta con un médico para conocer todos los riesgos y qué cambios hacer en tu rutina. Además, sugerimos que monitorees -regularmente- tu presión en casa con un tensiómetro digital.
Dieta baja en grasa y sodio
A raíz de la estrecha relación entre la obesidad y el cáncer de riñón, tu dieta debe incluir un alto contenido de vegetales y frutas; y un bajo porcentaje de grasa.
Además, sugerimos que reduzcas -lo más que puedas- el consumo de sal. Para lograr eso, trata de no comer alimentos procesados y limita tus visitas a los restaurantes de comida rápida cuya reputación no sea la mejor.
A diario, lo máximo de sal que deberías ingerir es 6.5 gramos (alrededor de una cucharita). Para controlar la sal que comes, es mejor que tú mismo(a) cocines tus alimentos.
No fumes
Fumar tabaco duplica el riesgo de padecer cáncer renal. Las investigaciones indican que este hábito causa el 30% de los cánceres de riñón en los hombres y el 25% en las mujeres.
Fumar retrasa el flujo de sangre y mientras más cigarros se consuman, más daño se estará haciendo y perjudicando las funciones de otros órganos, también.
