jueves, 31 de agosto de 2017

Ciencia y buenos hábitos harán del cáncer una enfermedad crónica

Expertos explican que los cambios de hábitos ý nuevos tratamientos harán que el cáncer deje de ser una principal causa de muerte en el mundo.


Así como el VIH pasó de ser mortal a una enfermedad crónica, la ciencia avanza hacia ese mismo objetivo con relación al cáncer, un problema de salud pública de escala mundial, que en el Perú registra más de 60 mil nuevos casos al año y más de 40 mil muertes por dicha causa, según cifras de la Liga Peruana Contra el Cáncer. 

"El objetivo es cronificar el cáncer, pero mucho más. Intentamos prevenirlo, que no aparezca, diagnosticarlo precozmente y curarlo. Y donde no podamos curarlo, volverlo crónico", explicó a El País de España el médico catalán Josep Tabernero, director del Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), un espacio dedicado a la investigación.

En febrero de este año, Tabernero daba una respuesta optimista que implica todo un reto: "Solo cambiando los hábitos (dieta sana, no fumar, ejercicio físico, etc.) se podrían reducir el 40 % de los tumores".

En opinión del reconocido oncólogo peruano Elmer Huerta, sí es posible cronificar el cáncer. "Desarrollando tratamientos multidisciplinarios, es decir, que usen varias especialidades, que sean más específicos y cuyo efecto sea más duradero. Por ejemplo, el cáncer de mama y de próstata son enfermedades que pueden mantenerse durante mucho tiempo, incluso después de una recaída. La leucemia mieloide crónica, es otro ejemplo, que gracias a un medicamento llamado Imatinib puede durar muchos años". 

Tabernero plantea un decálogo de estilos de vida saludables que supondrían una reducción de cánceres. “Eliminar el tabaco, limitar el consumo de alcohol, combatir la obesidad, tener una dieta pobre en grasas y carne roja y rica en fibra, hacer ejercicio y protegernos de la exposición al sol. Con estos siete cambios en nuestros hábitos podemos reducir la incidencia del cáncer”, señala con relación a las medidas cero costo. 

Evitar la contaminación, programas de vacunación y de detección precoz del cáncer, son otras tres acciones que sugiere el oncólogo y que necesitan de decisión política e inversión económica. 

Huerta, por su parte, propone atacar el cáncer con cuatro principales medidas preventivas: "No fumar o dejar de hacerlo, hacer actividad física por lo menos 30 minutos diarios, alimentarse saludablemente en porciones pequeñas y con mayor cantidad de frutas y verduras. Además, acudir una vez al año con el médico, para hacerse un examen de detección y prevención precoz del cáncer". 

Ambos expertos destacan el avance en la práctica de la medicina personalizada o de precisión. "La medicina de precisión es el futuro. Los tratamientos dirigidos han sustituido a la quimio en algunos tumores, como la leucemia mieloide crónica", dice Tabernero. 

"La medicina personalizada es aquella que considerando ciertas características personales del paciente, ofrece tratamientos específicos que tienen gran posibilidad de éxito. Por ejemplo, modernos tratamientos que usan los propios linfocitos o células de defensa del paciente, entrenadas para tratar el cáncer personal que lo aqueja. Hasta que se descubran tratamientos más específicos, la quimioterapia tendrá todavía un papel en el tratamiento del cáncer", explica Huerta. 

ALIMENTACIÓN PARA PREVENIR EL CÁNCER

La licenciada en nutrición y dietética Sara Abu Sabbah señala que las frutas y las verduras son las que tienen un mayor efecto preventivo contra el cáncer. "Hay que consumirlos todos los días, en formas de ensalada fresca y frutas con cáscara".

La manzana, la espinaca, los arándanos, la zanahoria, de color bastante intenso, contienen una cantidad importante de antioxidantes, y ahí radica su poder. 

También los alimentos ricos en fibra pueden prevenir un cáncer de colon, tales como los cereales integrales que mantienen el salvado, la avena, las semillas, los granos, y las menestras. 

El consumo más cauteloso está dirigido hacia las carnes rojas, de res, de cordero y también de cerdo, incluidas las vísceras. "No exceder el medio kilo de carne roja a la semana, y si se tiene factor de riesgo se puede reducir la ingesta", sugiere Abu Sabbah.

De otro lado, la obesidad está relacionada con el cáncer de mama y de ovarios, además nos hace más propensos a otros diferentes tipos de cáncer. Entonces, hay que mantener un peso equilibrado y limitar el consumo de azúcar refinada, que tiene una relación indirecta con los kilos demás. 

"Lo mejor es una dieta variada y balanceada que incluya cárnicos rojos en pequeñas cantidades, más pescados que otros tipos de carne. Predominantemente frutas y verduras frescas y enteras. Los almidones que sean integrales y los cereales enteros y con cáscara”, aconseja la experta en nutrición.